El amor brujo de Arlt

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Por Nico Nicora.

En 1932 Argentina conoció “El amor brujo” de Roberto Arlt. Esta novela encabeza la lista de las obras más resonante del autor hijo de inmigrantes europeos. Sus compañeras son “Los siete locos” (1929), “Los lanzallamas” (1931) y la colección de cuentos “El jorobadito” (1933). Todos estos escritos comparten la angustia, la humillación y la hipocresía de la sociedad burguesa en su desarrollo.1

También en 1932 se estrenó la primera incursión del autor en el mundo teatral. La obra se llama “Trecientos millones” y narra sobre una sirvienta heredera de tal suma. Arlt se inspiró para realizar esta obra en un hecho ocurrido cinco años atrás, cuando él era reportero del Diario Crítica, que involucraba el suicidio de una sirvienta en las vías del tren a las cinco de la madrugada.

“El amor brujo” se nutre tanto del género teatral como del novelesco. Conforme la historia avanza, el autor deja ver una entremezcla de géneros principalmente en los diálogos. La novela narra el romance entre el ingeniero Estanislao Balder de 30 años con Irene Loayza, una joven de familia de clase media con 19 años, residente en Tigre.2 Cuando Arlt desarrolla la situación en que el ingeniero que le cuenta a su mujer sobre los sentimientos hacia Irene, utiliza una técnica característica del teatro escrito: coloca antes de lo dicho, el nombre del personaje que interviene en mayúscula y una tipografía distinta a la del resto del diálogo.

Al comienzo del mismo párrafo, el título del capítulo nos ubica en tiempo y la siguiente oración en espacio, tal como si se tratara de un guion teatral:

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Según Mariangel Di Meglio en “El amor brujo de Roberto Arlt: diagnósticos y avances de una realidad diferente”,3 el trabajo con la materialidad de la palabra cobra mucha importancia al punto tal que los planos de la narración de erigen como protagonistas de la novela. La polifonía y la yuxtaposición de géneros discursivos menores dentro del género mayor “novela” recaen todos en una mirada que los aglutina y sistematiza: la del narrador periodista que a su vez se proyecta en múltiples planos y que no permite establecer claramente quién es el portador de la palabra franqueando los límites de la misma.

Pero bien… ¿es “El amor brujo” una transición del autor entre novela y teatro? No se puede afirmar con certeza, pero el “Arlt teatral” aparece recién en esta novela y no en anteriores. Como ya se mencionó, no solo figura el lenguaje teatral en los diálogos, sino también en la descripción que hace de los escenarios: escoge un recorte autoritario y caprichoso de la imagen en la que se desenvuelve el protagonista y la describe muy detalladamente.4 Esto no nos deja mucho margen de imaginación, al contrario, nos sitúa de manera específica como espectadores de la obra.5

Según el ensayista Spyridon Mavridis, “la década de los treinta representa un cambio en su proyecto artístico-intelectual y da inicio a la búsqueda teatral. […] Parece que el “Arlt dramaturgo” estuvo esperando ansiosamente para el momento de su inserción en la escena teatral y estuvo gestándose para este propósito en las otras formas narrativas que desarrolló, explorando los límites y las perspectivas de lo teatral. […] Arlt balancea en un constante desequilibrio entre realidad y fantasía, cotidianidad y ensoñación, deseo y frustración, mientras el desarrollo argumental opera siempre en un doble plano: el de la miserable realidad de los personajes y la realidad soñada que estos fabrican, conscientes que no es más que la mera prolongación de sus deseos y frustraciones”6, evidente en las actitudes de Balder, el personaje principal.

“La dramaturgia de Roberto Arlt insiste en los temas ya desarrollados y consagrados en sus cuentos y novelas, creando una galería de perdedores que tratan de sobrevivir ante las continuas hostilidades de una realidad implacable con los más débiles”, escribió José Manuel Camacho Delgado, profesor titular de literatura española en la Universidad de Sevilla.7

Arlt no sólo mezcló los géneros literarios en su reconocido escrito sino también dotó de teatralidad pura a sus descripciones de los escenarios y de los personajes. La vida de Estanislao Balder cuenta con todas estas características que Mavridis enumeró, pero principalmente, presenta la relación de deseo y frustración: está enamorado de una mujer mucho menor que él, sabe que cuando la gente se entere de eso muchos “no los entenderán” pero aun así quiere estar con ella y soporta a su familia. Por otro lado, quiere “que ella se entregue a él” pero Irene aún es virgen por lo que su moral y su deseo sexual están en constante lucha.

Esto colabora a resolver el enigma de si “El amor brujo” es una mezcla de género, o si es novela pura. Si bien en la década del ’30, Arlt se vio inmerso en el mundo teatral, su obra mantuvo la ironía de “Aguafuertes porteñas”, el realismo de “Los siete locos” y su toque característico presente en cada obra: la hipocresía de la sociedad burguesa.

1- Biografías y vida: Roberto Arlt http://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/arlt.htm

2- https://es.wikipedia.org/wiki/El_amor_brujo_(novela)

3- https://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero30/ambrujo.html

4- SONTAG, S: “Sobre la fotografía” Cap. 13 “En la caverna de Platón” Ed. Alfaguara – México 2006

5- MASOTA, Ó en “Roberto Arlt: fundador del teatro independiente” MAVRIDIS, S – Universidad de Salamanca https://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero33/teatarlt.html

6- “Roberto Arlt: fundador del teatro independiente” MAVRIDIS, S – Universidad de Salamanca

7- CAMACHO DELGADO, J en “Roberto Arlt: fundador del teatro independiente” MAVRIDIS, S – Universidad de Salamanca